Ya llegan las fiestas navideñas y eso significa compartir muchos momentos en la familia y todo lo que eso conlleva, para bien y para no tan bien.
Desde el programa de Wellbeing by ResaHub, os queremos es compartir algunos conceptos de comunicación asertiva que seguramente os ayudaran a salir adelante en algunos de esos momentos incómodos que siempre se pueden crear en estas reuniones familiares.
Pero primero lo primero, así que aclaremos los conceptos más importantes sobre la asertividad y cómo desarrollarla, según los especialistas.
¿Qué es la comunicación asertiva?
La comunicación asertiva es la capacidad de expresar opiniones, sentimientos y preferencias de manera directa, sincera y apropiada. (Lange y Jakubowski, 1976)
¿Y por qué es importante?
Está demostrado que cuando una persona no ha desarrollado esta habilidad, o la emplea de manera deficiente, tiende a sentirse frustrado e insatisfecho. Por lo tanto, tenéis el derecho y el deber, de decir todo lo que queráis y sintáis, pero de un modo asertivo, ya que esta manera de comunicar resulta realmente muy beneficiosa en situaciones tales como:
- Responder a críticas o comentarios dañinos
- Recibir cumplidos y felicitaciones
- Reclamar o manifestar alguna inconformidad
- Defender tus ideas y/o intereses
- Manifestar tus preferencias sexuales
- Expresar tu opinión sobre temas polémicos
- ¡Y muchos otros!
Ok, todo suena muy bien, pero, ¿y eso cómo se hace? Toma nota que aquí hay tema:
Lo primero es entender que la idea de que debemos ser siempre asertivos es un pensamiento irracional, ya que nadie es perfecto ni infalible, de hecho, todos los seres humanos debemos aprender a través del ensayo y el error. Sin embargo, sí que es muy importante tomar consciencia de lo necesario y beneficioso que resulta el aprender a comunicarse asertivamente. Y lo segundo, es el empezar a actuar para poder lograr los cambios esperados.
Según Albert Ellis, psicoterapeuta cognitivo, creador de la terapia racional emotiva, el aprender a comunicarnos asertivamente consta de un proceso que incluye las siguientes 4 fases:
- Primera fase: Analizar mi reacción a los desafíos
Nuestros pensamientos pueden determinar mucho la forma en la que actuamos, por esto es muy importante analizar a fondo cómo reacciónanos ante las situaciones que nos retan. Por ejemplo: Cómo reaccionas cuando… -
- Tienes que presentarte a ti mismo, inesperadamente, ante otras personas.
- Tienes que defender un argumento, o una opinión contraria a lo que piensa la mayoría.
- Tienes que hacer o responder a una pregunta atrevida o comprometida.
Una vez que reconozcas tu forma de reaccionar, analiza si te resulta fácil expresarte en esas situaciones, ¿te gusta la forma en que reaccionas? ¿Tienes alguna estrategia para salir adelante en esos momentos que te retan?
- Segunda fase: Conoce cuáles son tus derechos asertivos
La mayoría de las personas con problema para expresarse tienen un concepto distorsionado del autorrespeto y, por ende, de sus derechos. Su comportamiento se ve limitado por el temor de ser muy agresivos, exigentes o por el transgredir los derechos de los demás. Sin embargo, en ocasiones el empatizar demasiado con el bienestar de los demás (incluso por encima del bienestar de uno mismo) termina permitiendo que los otros avasallen nuestros derechos.
Igualmente, hay personas que están en el polo totalmente opuesto y que, al desconocer los derechos asertivos, lo que hacen es desarrollar un miedo inconsciente a mostrar debilidad ante los demás, por lo que actúan de manera impositiva, en ocasiones arrolladoras y muy irrespetuosas ante los derechos de los demás.
Por lo tanto, bajo esta óptica, reflexiona sobre cuáles son los derechos que crees tener ante situaciones tales como:
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- Se te acuse de un error cometido.
- Te señalan por tu forma de ser (vestir, hablar, pensar, etc.).
- Compras un producto defectuoso o en mal estado.
- Piensas distinto al resto.
- Tu pareja, familia o amigos toman decisiones por ti.
Sobre lo anterior, el autor Karlos Betancurt hace referencia a 20 derechos. Sin embargo, A. Ellis nos ha tratado de facilitar el tema dando relevancia a 4 derechos asertivos como la base del autorrespeto:
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- Expresar mis creencias, deseos y sentimientos.
- Elegir cuando y en qué ocupo u organizo mi tiempo.
- Tomar las decisiones que considere pertinentes sobre mi cuerpo.
- Utilizar mis pertenencias, bienes y dinero libremente, según mi criterio.
Lo realmente importante aquí es entender e interiorizar que todos, nosotros y los otros, tenemos estos derechos y que ejercerlos es un requisito primordial para poder desarrollar la asertividad.
- Tercera fase: Identifica a las conductas no asertivas
Es de vital importancia entender que para dominar la comunicación asertiva debes saber diferenciar las conductas de las personas que se están comunicando, ¡incluyéndote, claro está! Y para ello debes saber que hay tres estilos de comunicación:
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- Estilo pasivo: Son poco directos, les da vergüenza o miedo el contar lo que sienten y eso puede llevarlos a no expresar lo que realmente quieren decir. Prefiere estar “a salvo” y son muy amables o sumisos, se resignan y no confrontan directamente. Sin embargo, se comunican con chantajes emocionales, omiten o triangulan información. Por lo cual son presas fáciles de desconfianza y de que se aprovechen de ellos.
- Estilo agresivo: Son muy directos, agresivos, autoritarios e impositivos. Para ellos la gente se divide en “ganadores” y “perdedores”, por lo cual harán cualquier cosa por “salir victoriosos”. Aunque normalmente consigue lo que desea, sus “victorias” pueden ser muy mediocres. Necesitan tener el control, y aun cuando sus directivas son aceptadas, la motivación de quien las acata no siempre es genuina. Su herramienta de comunicación preferida es la intimidación (directa o indirecta), crítica destructiva y burla de las demás personas.
- Estilo asertivo: Conoce sus derechos y los hace valer, pero tiene en cuenta a los derechos de su interlocutor. Dice lo que piensa abierta y libremente, pero no se impone ni menos precia a las opiniones de los demás. Entiende el concepto de ganar-ganar por lo que alimenta sus relaciones desde la honestidad y beneficio mutuo. Son desinhibidos, entusiastas y empoderados. Su herramienta principal es la escucha activa, el lenguaje directo, sereno y abierto ante las diferentes formas de pensar.
Es importante resaltar que a veces las personas se comunican de forma incorrecta, ya que no saben cómo hacerlo de otra manera, pero en realidad no tienen intención de herir o manipular a los demás, aun así no es sano permitirlo. Por lo que te invitamos a que tengas en cuenta que situación está predominando en la comunicación:
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- Chantaje emocional: Se tiende a la victimización.
- Batalla de egos: Se tiende a ignorar que aquí no hay ganadores reales.
- Calibración conductual: Van de un estilo de comunicación pasiva agresiva al mismo tiempo, por lo cual hay que reconducirlo.
- Fase cuarta: Practicar, practicar y practicar
No tengas miedo a equivocarte, no hay nada menos asertivo que querer ser siempre asertivos y en todo lugar, por lo que nunca te obsesiones con ello. Eso sí, requerirá intención, paciencia y reflexión. Si lo pones en práctica ya saldrá de manera natural.
El comunicarse asertivamente no es algo que comúnmente nos enseñen, pero tiene un impacto crucial en nuestra autoestima y en las relaciones sociales que marcarán nuestra vida. Así que en estas Navidades ya puedes empezar a practicar con tus tíos, tus cuñados, tus padres o el amigo que siempre está diciéndote qué hacer.
Aun cuando hemos ahondado en el tema, esperamos que estas herramientas que van a ser útiles para toda la vida te sirvan para a mejorar tus relaciones y, en especial, con la familia que son para toda la vida.
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Fuentes
Ellis, A., & Grieger, R. (1990). Handbook of Rational-emotive Therapy. New York: Desclée De Brouwer.
Cotler, S., & Guerra, J. (1976). Assertion Training: Humanistic-Behavioral Guide to Self-Dignity. Champaing, III.: Research Press.
Goldstein, A. P. y otros. (1989.) Habilidades sociales y autocontrol en la adolescencia. Barcelona, Ed. Martinez
