Imagínate: Te encuentras en una tienda de suplementos e intentas buscar la mejor opción para solucionar tu [Inserta aquí tu preocupación]. Es complicado, ¿verdad? Tienes a tu disposición una cantidad casi infinita de productos, cada cual más llamativo y beneficioso que el anterior. Si tienes que escoger con la información que te proporcionan los envases, será complicado que sientas que has hecho la compra correcta.
Te lo podría poner aún peor si buscaras información por Internet. Encontraríamos opiniones que considerarían ese producto como la cura para cualquier mal. Por el contrario, veríamos artículos que lo demonizarían, pidiendo incluso su retirada del mercado.
En el caso de la tienda, nos estaríamos encontrando con un sesgo de confirmación en el que si integramos la información que nos ofrecen los envases, empezaríamos a buscar, recordar y creer con más facilidad aquella información que se ajuste a nuestras creencias. Una vez creamos algo, será complicado cambiarlo. Tal y como comenta Ramón Nogueras en el libro Por qué compramos la burra, lo que es focal es causal. Esto quiere decir: Atribuiremos aquello que nos pase donde tengamos puesto nuestro foco de atención.
Por ejemplo: ¿Sabías que el magnesio te puede ayudar a dormir mejor?1 Por el contrario, un mal descanso está relacionado con un peor control de la glucosa, y los diabéticos tipo 2 acostumbran a tener deficiencia de magnesio2. Además, el magnesio ayuda a fortalecer los huesos y articulaciones3.
¿Qué, como te quedas? Seguramente recordarás que acostumbras a tener molestias en el codo después de entrenar. O que llevas un par de días descansando mal, y claro, eso te lleva a tener más apetencia por el dulce el día siguiente. Todo encaja. Si el post acabara aquí, estarías considerando comprar suplementos de magnesio para mejorar tu estado. Y no me malinterpretes, una gran parte de la población tiene deficiencia y podría considerar suplementarse; pero antes de hacerlo, se tendría que ver si existe realmente esta deficiencia o tus malestares son secundarios a una alimentación pobre, un sobreentrenamiento, poca higiene del sueño…
Si quieres suplementarte con algo, supleméntate con deporte.
Cuando empiezas a profundizar en la fisiología, te das cuenta de que somos muy complejos y que hay pocas cosas que nuestro cuerpo utilice para una sola función. Me gusta imaginármelo como el mecanismo de un reloj: el mismo engranaje que mueve la minutera también actúa sobre el fechador y el cronómetro. Nuestro organismo hace lo mismo: utiliza un elemento en varias partes con el fin de maximizar la eficiencia. Siendo tan complejo, lo más sorprendente es el poco mantenimiento que requiere para funcionar como debe.
Entonces, ¿Qué podemos hacer? Y no, no estamos hablando de qué producto comprar. Aquí tenemos que pensar a lo grande, como si abriésemos el objetivo de una cámara. Lo que nos diferencia de las plantas es el movimiento. Tenemos un cuerpo que se mueve gracias a los músculos y hemos basado nuestra supervivencia en la capacidad de movernos para cazar, recolectar, reproducirnos, etc. Tiene sentido, pues, que hayamos evolucionado para tener un sistema locomotor muy eficiente.
Sin embargo, ahora vivimos en un entorno seguro, con comida abundante que ¡incluso te la traen a casa!, sin tener que cazarla, sin riesgo de infecciones… o que te coman a ti. Es más: podemos comer lo que nos plazca, sin depender de lo que haya disponible en el huerto. Estamos en un punto en que, gracias a la tecnología, el trabajo se puede hacer desde casa. Podemos dedicar más tiempo a tareas intelectuales y a disfrutar. Todo esto ha pasado en menos de 100 años, pero nuestra genética no ha tenido tiempo de ponerse al día. Seguimos siendo Homo sapiens, ahora con pantallas.
En consecuencia, algo que mantendrá nuestros engranajes libres de óxido será el ejercicio. Pedirles a nuestros músculos que se muevan, recordarles que están allí para algo. Y cuando hablamos de ejercicio, no es un simple paseo por el campo o salir en bici el fin de semana. Queremos un músculo que nos permita andar o trotar, pero también que pueda resistir cargas y moverlas, ya sea el peso de nuestro cuerpo al hacer una flexión o el peso de una barra.
El músculo es un tejido que se adapta a lo que lo exponemos, y algo que no acostumbramos a tener en nuestras vidas es movimiento intenso – a menos que se nos escape el autobús. Por esto, el entrenamiento de fuerza es tan beneficioso:
- En primer lugar, te prepara para resistir pesos elevados que, a largo plazo, te garantizarán menos lesiones y una mejor calidad de vida.
- En segundo lugar, hará que regules mejor la glucosa. Los carbohidratos no son malos, es tu cuerpo que no los puede gestionar como debe, y los músculos juegan un gran papel al ser uno de los principales consumidores.
- En tercer lugar, que sea intenso quiere decir que exige mucho en poco tiempo. Dedicar mucha energía para producir fuerza o velocidad, descansar y volver a repetir es un proceso que permite entrenar de forma eficiente. No todo el mundo tiene 2 horas al día para irse a andar, pero sí media hora para mover cargas.
Visto así, parece que con sólo levantar mancuernas puedas dejar en segundo plano a tu alimentación o descanso. No obstante, es un paso hacia una mejor salud: tu cuerpo aprovechará mejor lo que le aportes y es probable que descanses mejor. El deporte es uno de los tres pilares sobre los que se basa el programa Resa Eat Well y lo bonito es que actúan sinérgicamente.
Así que, si este post te ha dado que pensar y ahora el único obstáculo es saber por dónde empezar, contáctame a través del correo electrónico de guillem.mayoral@resa.es para agendar una visita. Porque, lo que hagas hoy aquí, será lo que practicarás el día de mañana.
Te puede interesar: Resa Eat Well: Salud en blanco y negro
1 Abbasi, B., Kimiagar, M., Sadeghniiat, K., Shirazi, M. M., Hedayati, M., Rashidkhani, B. The effect of magnesium supplementation on primary insomni in elderly. National Library of Medicine. (2012). https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3703169/ 2 Asbaghi, O., Hosseini, R., Boozari, B., Ghaedi, E., Kashkooli, S., Moradi, S. The effects of Magnesium Supplementation on Blood Pressure and Obesity Measure Among Type 2 Diabetes Patient. National Library of Medicine. (2020). https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32385715/ 3 Rondanelli, M., Faliva, M. A., Tartara, A., Gasparri, C., Perna, S., Infantino, V., Riva, A., Petrangolini, G., Peroni, G. An update on magnesium and bone health. National Library of Medicine. (2021). https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33959846/