Congelar y descongelar bien los alimentos.
La regla de Oro: no congelar de nuevo un producto que ya ha sido descongelado*
Consejos para congelar:
· Cuanto más completo mejor. El congelador rinde más cuantos más productos hay dentro y menos espacio quede entre ellos.
· Utiliza envases rígidos o bolsas especiales para congelar. En el mercado venden una extensa gama, estas bolsas no desprenden ni olor ni sabor y soportan bien las bajas temperaturas. Evita utilizar bolsas de la compra ya que contienen elementos tóxicos que podrían contaminar los alimentos. Los envases cuadrados y rectangulares te ayudarán a aprovechar mejor el espacio.
· Pon la fecha en el envase. No hay tiempo establecido para consumir los congelados, si bien lo recomendable es que sea entre dos y tres meses.
· Divide en raciones. Separa en cantidades que vayas a comer una vez descongelado. Recuerda la regla de Oro*
· Si acabas de cocinar un producto, deja que se enfríe completamente antes de congelarlo.
· Salsas, líquidos… al congelarlos se expanden, tenlo en cuenta a la hora de elegir el recipiente, éste deberá ser más grande que el líquido que contenga.
· Verduras. Límpialas y cuécelas brevemente en agua o al vapor. Así se consigue frenar el proceso natural de deterioro y eliminar bacterias. Antes de congelarlas, sécalas y extrae el aire del recipiente de congelación.
· Cebolla, ajo y perejil. Pícalos a tu gusto y congela en bolsas. Te será muy práctico a la hora de hacer sofritos.
· Queso: para gratinar o en polvo para la pasta. Rállalo tú mismo, congelado puede durar hasta 8 meses.
· Frutas. Pela la fruta, lávala y cúbrela de azúcar o almíbar. La cantidad de azúcar es de 250 gramos por kilo de fruta.
· Carnes. Quita los excesos de grasa, lávala y sécala bien antes de meterla (por raciones) en el congelador.
· Pescado. Pide en la pescadería que te lo preparen para congelarlo, hay que quitarles las escamas, las tripas, la cabeza, lavarlo y secarlo antes de congelar.
· Huevos. Tanto la clara como la yema pueden también congelarse pero siempre batidos, nunca enteros con cáscara porque al dilatarse el contenido con el frío, ésta se rompería.
Consejos para descongelar.
· Guisos. La descongelación de los guisos y productos cocinados debe hacerse en el frigorífico, suele tardar unas 5 horas, dependiendo del volumen.
· Se recomienda que al calentar el producto tras la descongelación, llegue al hervor para asegurar que desaparezca cualquier germen patógeno.
· Verduras. Si no están cocinadas, puedes echarlas directamente en un poco de agua hirviendo o ponerlas al vapor.
· Carne y pescado. Si son piezas muy grandes o gruesas, colócalas en el microondas a la mínima temperatura, no en descongelación.
· Platos preparados. Los platos que deben ser consumidos fríos se descongelan dentro del frigorífico, mientras que los restantes, pueden ir directamente del congelador al horno o al microondas.
Productos que no se deben congelar:
Los huevos cocidos y la pasta: pierden su textura.
Yogur, nata y mayonesa: se descomponen.
Bebidas con gas: explotan.
Patatas: las naturales se endurecen y las guisadas se vuelven harinosas.
Un consejito:
Las croquetas caseras de jamón, pollo o espinacas nos vuelven locos, pero cuando no hay recurrimos a las congeladas que nos sacan de un apuro. Si a la hora de freírlas se abren y quedan empapadas en aceite, prueba a sacarlas del congelador 15 minutos antes y fríelas en aceite muy, muy caliente. Ya verás como quedarán mejor y menos aceitosas, ya que la elevada temperatura forma una costra alrededor de las croquetas y evita la entrada del aceite.
Por Olga Arévalo