Este 2022, Resa cumple 30 años y creemos que es el momento perfecto para contar historias tan bonitas como la de la familia Salvà. Una historia muy representativa del amor que sentimos todo el equipo de Resa por nuestro trabajo y la familia extendida de residencias y residentes Resa.
Joan Salvà es exresidente de Resa Pere Felip Monlau (Barcelona), estuvo con nosotros hace 20 años (¡que se dice rápido!) y, este curso, sus dos hijos gemelos han empezado la universidad y están viviendo en 2 residencias Resa. ¡Segunda generación en casa!
“Quedé alucinado, era algo totalmente innovador”, hablamos con Joan para conocer como fueron esos primeros días en la resi años atrás. Su primer recuerdo de Pere Felip Monlau es del curso 1997-98, el mismo año en que abrió, y se acabó quedando dos años viviendo en Resa.
Estudiaba ingeniería industrial en Universitat Politécnica de Catalunya (UPC) y fue allí donde le dieron un flyer de que Resa, en convenio con la UPC, abría una nueva residencia de estudiantes. Él aún estaba acabando la carrera, trabajaba y también estaba preparado el trabajo de final de carrera, “era un lujo estar en una residencia en esta situación, un lujazo.”
Resa Pere Felip Monlau nació como un nuevo concepto: tener tu propia habitación con cocina compartida con otra persona. “Juntaba las dos cosas buenas que tenías de residencia y colegios mayores en el sentido de control y seguridad, estar con más gente, vida social, y lo bueno de los pisos que era la libertad.”
Un edificio nuevo y moderno que se encontraba en el barrio del Raval que sus amigos llegaron a bautizar como “Melrose Place”, una serie americana de la época en la que gente joven vivía en un complejo de apartamentos.
Nos cuenta que en ese momento “no existía el Welcome Pack, ni la figura del ResaHub. Y era quizá lo que más echabas de menos en esas primeras residencias. Había mucha más gente, pero ganaba el concepto de vivir en tu propio apartamento a que hubiera unidad.”
En esa época, parte del trabajo que ahora hace nuestro programa de actividades, ResaHub, lo hacían apoyándose en gente que conociera la ciudad y hasta con el mismo staff de la residencia.
Además, entonces no tenían salas comunes ni comedor, por lo que nos sorprende cuando nos cuenta que su meeting point era la lavandería. Nosotros le contamos que en las últimas resis Resa, se diseñan las lavanderías como sitios de encuentro en los que pasar un rato mientras esperas a que se lave la ropa. Porque ya lo sabéis, ¡vivir en Resa mola más!
Joan ha podido ver más cambios entre la Resa que conoció en su momento y la actual porque sus dos hijos han decidido ir a vivir a dos de nuestras residencias. Tomás, que estudia Ciencias Políticas, vive en Resa La Ciutadella (Barcelona) y, Maties, que estudia Ingeniería Aeronáutica, vive en Resa Miguel Antonio Caro (Madrid).
Las primeras impresiones de sus hijos al llevar unas semanas son buenas, “tienen aquella cosa que no teníamos en nuestros primeros años de sentirse acompañado, ya tienen grupos de estudio y mucha integración con el resto de residentes.”
“Las primeras semanas de residencia están siendo fenomenales,” nos cuenta Maties que está en Resa Miguel Antonio Caro. “Uno piensa que al mudarse a otro sitio sin nadie a quién conozca va a hacer que se sienta solo, pero en la resi pasa todo lo contrario. El primer día puede que cueste un poco hacerse con alguien, pero solo es cuestión de tiempo. En mi caso, enseguida he entablado amistades con muchas personas y es casi imposible aburrirme. […] En mi resi hay muchas zonas comunes donde uno mata el tiempo y crea nuevas amistades. Por ejemplo, hay una sala con billar, futbolín, play, llena de sofás, allí uno va y habla con unos y con otros y va creando vínculos hasta el punto de que cuando han pasado un par de semanas, parece que ya los conoces de hace un montón de tiempo cuando realmente solo ha pasado un mes.”
Nos explica que con tantos estudiantes que hay en la resi, “encontrar a una persona que estudie lo mismo que tú va muy bien, ya que puedes estudiar con ellos.” Aunque lo que más le gusta es el ambiente que se vive. “Desde el primer día los veteranos y el personal de la resi ya nos han intentado integrar en esta comunidad proponiendo y organizando actividades, como por ejemplo el otro día hicieron un torneo de billar, también se organizó una merendola, y cada finde hay cosas por hacer.”
Por otro lado, Tomás, que está viviendo en Barcelona, dice todo le está yendo muy bien y destaca que, “las actividades también están siendo muy divertidas, además que el ambiente es de diez, lo que me ha ayudado a conocer gente con mucha facilidad.”
Con el paso de los años, Joan Salvà aún se va reencontrando con otros exresidentes de Resa. Hace poco, en una reunión profesional se encontró con un hombre que reconocía y no sabía de qué hasta que le dijo, “yo era el del balcón de la torre B” y él le respondió “yo era el de la 300”. Tantos años después y aún se reconocían de su etapa en Resa Pere Felip Monlau.
Después de 30 años, Resa es mucho más que residencias universitarias, creamos comunidades y experiencias inolvidables.
¿Eres exresidente de Resa y quieres compartir tus experiencias con la Comunidad Resa? Cuéntanos tu historia en marketing@resa.es.
Finalmente, queremos agradecer a la familia Salvà por compartir su tiempo y experiencias con nosotros.
¡Por muchos años e historias más!
